Todo lo que necesitas saber sobre la Atrofia Vaginal. ¿Cuáles son sus síntomas y tratamientos?

¿Alguna vez has notado sequedad, picazón o incluso dolor al mantener relaciones sexuales? Estos pueden ser síntomas de Atrofia Vaginal. La atrofia vaginal, también conocida como vaginitis atrófica, es una condición que afecta a multitud de mujeres, especialmente tras haber pasado por la menopausia. Esta condición puede llegar a afectar nuestra calidad de vida y nuestro bienestar emocional. Es por eso, que en este artículo te contaremos qué es la atrofia vaginal, cómo detectar sus síntomas y cuáles son sus tratamientos. ¡Vamos allá!

Mujer Tocando su Abdomen

¿Qué es la Atrofia Vaginal?

La atrofia vaginal es una afección que ocurre cuando nuestro cuerpo sufre una disminución de los niveles de estrógenos. Se manifiesta, comúnmente, a través de un adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales. Esta condición suele producirse con mayor frecuencia en aquellas mujeres que ya han atravesado la etapa de la menopausia.1,2

Esta afección no solo provoca que nuestras relaciones sexuales sean menos satisfactorias, y, a veces, hasta dolorosas; sino que también suelen aparecer otros síntomas urinarios que pueden perjudicar nuestro día a día. Los médicos acogen el término de “Síndrome Genitourinario en la Menopausia” (GSM) para referirse a la vaginitis atrófica y a los demás síntomas que la acompañan.1,3 

 

¿Cuáles son las causas por las que suele aparecer?

Como ya hemos comentado, la causa principal de la aparición de la atrofia vaginal es la disminución de estrógenos en nuestro cuerpo. Estas hormonas juegan un papel crucial dado que se encargan de mantener el tejido vaginal grueso, elástico y bien lubricado.4 

 

Cuando sufrimos una bajada del nivel de estrógenos, nuestros tejidos vaginales tienden a volverse más secos, más delgados, menos elásticos y, por lo tanto, más frágiles. Esto suele ocurrir durante, y después de, la menopausia, o en los años previos a esta (perimenopausia). Sin embargo, existen multitud de situaciones en las que podemos sufrir una bajada en nuestro nivel de estrógenos y no están relacionadas con la menopausia. Algunas de estas situaciones son las siguientes:5,6

  • Durante el periodo de lactancia materna.
  • Cuando tomamos medicamentos, como algunas píldoras anticonceptivas, que pueden afectar a nuestros niveles de estrógenos.
  • Tras recibir una menopausia quirúrgica, es decir después de que nos hayan extirpado quirúrgicamente ambos ovarios.
  • Después de recibir tratamiento de radioterapia pélvica para combatir el cáncer.
  • Puede surgir como efecto secundario de un tratamiento hormonal para enfrentar un cáncer de mama.
  • Después de recibir tratamiento de quimioterapia para el cáncer.
Dolor Zona Abdominal

¿Qué podemos hacer para identificar y tratar la Atrofia Vaginal?

Si queremos identificar esta afección, debemos tener claros cuáles son los síntomas más comunes que se producen cuando sufrimos de atrofia vaginal. Algunos de los síntomas que aparecen con mayor frecuencia son los siguientes:6

  • Ardor vaginal
  • Sequedad vaginal
  • Picazón genital
  • Menor lubricación vaginal y, por tanto, molestia o dolor al mantener relaciones sexuales
  • Sensación de ardor al orinar
  • Ganas de orinar urgentes y muy frecuentes, pudiendo llegar a incontinencia urinaria

Si tienes algunos de estos síntomas y sospechas que puedes estar sufriendo de atrofia vaginal, lo más importante es que consultes con tu ginecólogo más cercano. Existen distintos métodos de diagnóstico como someternos a un examen pélvico, un análisis de orina o una prueba de equilibrio ácido, en la que se evaluará el nivel de acidez de nuestros fluidos vaginales y, por lo tanto, si existe desequilibrio en la flora vaginal. 

Para prevenir esta afección, podemos hacer varias cosas que sí están en nuestra mano. Evitar el tabaquismo es fundamental para nuestra salud vaginal, dado que al fumar corremos el riesgo de reducir el flujo sanguíneo que llega a nuestra vagina, debilitando, por tanto, sus tejidos internos. Mantener una vida sexual activa, ya sea solas o en pareja, es crucial para mejorar la salud de nuestro tejido vaginal.5,7 

En cuanto al tratamiento, algunas de las opciones más comunes son los lubricantes y humectantes vaginales, que nos proporcionan alivio inmediato ante la sequedad. Por otro lado, nos encontramos con las terapias hormonales, como las pomadas con estrógenos, los comprimidos o el anillo vaginal. Sin embargo, lo más recomendable es, de nuevo, consultar con tu ginecólogo para que te aconseje el tratamiento más indicado según tu situación, además de aclararte y discutir cuáles pueden ser sus efectos secundarios en tu salud.7  

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BIBLIOGRAFÍA