¿Qué es la Enfermedad Inflamatoria Pélvica?

La Enfermedad Inflamatoria Pélvica, también conocida como EIP, afecta principalmente a mujeres en edad reproductiva y se caracteriza por la inflamación de los órganos reproductivos internos. ¿Sabías que esta molesta enfermedad suele ser el resultado de una infección bacteriana, generalmente transmitida a través de relaciones sexuales sin protección? Si no la tratamos adecuadamente, puede causar graves complicaciones. En el artículo de hoy, exploraremos en detalle qué es la EIP, sus principales características, los factores de riesgo asociados, así como la detección y el tratamiento de esta enfermedad.

¿Qué es la Enfermedad Inflamatoria Pélvica?

EIP: definición y principales características

 

Como has leído arriba, la EIP es una infección que afecta a nuestros órganos reproductivos, incluidos el útero, las trompas de Falopio, los ovarios y el tejido circundante. Por lo general, esta se desarrolla como resultado de una infección bacteriana que se propaga desde la vagina y el cuello uterino hacia arriba, es decir, hacia los órganos reproductivos internos. Las bacterias más comunes asociadas con la EIP son la clamidia y la gonorrea, aunque también pueden estar involucradas otras bacterias1,2.

 

Debes entender que los síntomas de la EIP pueden variar en su nivel de gravedad, y pueden ser: dolor pélvico intenso y persistente, flujo vaginal anormal, fiebre, molestias durante las relaciones sexuales y menstruación irregular. En algunos casos incluso pueden causarte complicaciones graves, como un embarazo ectópico, abscesos pélvicos e infertilidad. Por lo que siempre te recomendamos que ante cualquier duda consultes con profesionales sanitarios2,3.

 

También es importante que sepas que la EIP puede ser asintomática en sus etapas iniciales, lo que significa que muchas mujeres podemos tener la enfermedad sin saberlo. Esta falta de síntomas puede llevar a complicaciones mayores si no se detecta y trata a tiempo2.

 

Factores de riesgo

 

Diversos factores pueden aumentar el riesgo de que desarrolles esta enfermedad. Por ejemplo, uno de los más significativos es tener múltiples parejas sexuales o estar en una relación con una persona que tiene múltiples parejas sexuales, lo que aumenta las posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS). Por otro lado, el uso no correcto de métodos anticonceptivos de barrera, como el condón, también puede aumentar el riesgo de infección4.

 

Además, las mujeres menores de 25 años tienen un mayor riesgo de desarrollar EIP, ya que a veces pueden no ser conscientes de los síntomas tempranos de la enfermedad. Otros factores de riesgo incluyen la ducha vaginal, el tabaquismo y el historial previo de EIP o ETS1,5.

 

Algunas mujeres podemos desarrollarla sin presentar ninguno de estos factores de riesgo, lo que subraya la importancia de practicar sexo seguro y realizar exámenes ginecológicos regulares5

 

Síntomas de la EIP

Detección y Tratamiento

 

La detección temprana de la EIP es fundamental para prevenir problemas serios. Los profesionales de la salud pueden diagnosticarla mediante la evaluación de los síntomas, un examen pélvico y pruebas adicionales, como análisis de sangre para detectar signos de infección, cultivos cervicales para identificar la bacteria responsable y ecografías para visualizar posibles cambios en los órganos reproductivos6.

 

El tratamiento generalmente implica el uso de antibióticos para combatir la infección bacteriana. Pero es crucial que continuemos el curso completo de antibióticos según lo prescrito por nuestro médico, incluso si los síntomas mejoran antes de finalizar el tratamiento. Además, se pueden recetar analgésicos para aliviar el dolor pélvico y las molestias asociadas5.

 

En los casos severos de esta enfermedad, donde se han formado abscesos o hay riesgo de dificultades a largo plazo, puede ser necesaria la hospitalización para administrar antibióticos intravenosos y drenar cualquier acumulación de líquido infectado5.

 

En conclusión, la EIP es una afección que puede tener consecuencias importantes para la salud reproductiva. Que reconozcamos los síntomas, conozcamos los factores de riesgo y busquemos atención médica temprana, son pasos cruciales para prevenir complicaciones y proteger nuestra salud reproductiva. Por último, si experimentas síntomas de EIP, no dudes en consultar a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

 

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BIBLIOGRAFÍA